La grave acusación la formuló Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del cuestionado sacerdote Fernando Karadima. El hombre señaló que dos obispos de la Séptima Región vieron por más de 30 años los que hacía Karadima.
Uno de los acusados por Cruz es nada más ni nada menos que el obispo de Talca, Horacio Valenzuela, quien rechazó de plano la acusación. "Si hubiera algún tipo en encubrimiento o algún tipo de delito o una falta grave, yo habría sido sancionado judicialmente o eclesiásticamente", dijo.
No es novedad
Valenzuela precisó que a estas alturas ya se acostumbró a ser vinculado con esos hechos, pero solo a base de rumores infundados. "No es novedad que exista esta acusación porque se han escrito
libros con estas suposiciones", acotó. La autoridad religiosa agregó que entiende el dolor de las personas que han hecho esas denuncias. “Han sufrido mucho, pero también esto me hace sufrir mucho porque una acusación así, sin responsabilidad, no habiendo nada
formal civilmente, ni eclesiástica, ni de ningún tipo, si hubiera habido
algo grave, serio, demostrable, creíble, habría una sanción, pero nunca
la hubo”, insistió.
Investigaciones en marcha
La Conferencia
Episcopal informó que existe un protocolo para denuncias y prevención
de abusos. En ese sentido, precisó que se investigarán todas las informaciones y no sólo
aquellas denuncias formales firmadas por escrito. Al respecto, el
obispo Horacio Valenzuela indicó que “la Iglesia ha tratado de asumir
con la mayor seriedad un fenómeno que es terrible, que es muy doloroso y
que es universal. Ha querido reaccionar para dar las normas que hay que
seguir para fomentar el buen trato y la transparencia, para que no haya
oportunidad de cometer estos abusos”, sentenció.