Poco está haciendo Vanessa Trigari para cooperar en la investigación de la muerte del pequeño Ángel, quien apareció muerto en un canal de regadío cerca de su casa, en la comuna de Molina.
La imputada ha alegado inocencia en todo momento, pero no está dispuesta a realizarse pericias sicológicas para analizar su estado mental, pues aseguró que el menor murió accidentalmente cuando jugaba con su hermano de 11 años.
Guardó silencio
El examen mental fue autorizado por el tribunal de Garantía de Molina a petición de la fiscalía que ha asegurado que la acusada miente y que solo trata de entorpecer la investigación. La diligencia se trató de realizar en el servicio médico legal de Talca, hasta donde llegó la denominada "Madrastra de Molina", quien se negó al peritaje. Su abogado. Esteban Arévalo, señaló que el examen era innecesario, pues ya se le practicaron con antelación.
"No era obligatorio"
La fiscal del caso, Mónica Barrientos, lamentó el hecho, pero precisó que "no era obligatorio que declarara, por lo tanto la diligencia no se llevó a cabo". No hay que olvidar que el plazo de investigación son 4 meses, tiempo suficiente para que el ministerio Público recopile antecedentes para llevar a la imputada a un juicio oral.