Controversia generó en parte de la población el anuncio del gobierno en relación al uso de sillas y otros dispositivos de seguridad para niños cuando viajan en vehículos particulares. La norma dice que deben ir anclados a algún elemento los menores de hasta 8 años que viajan en la parte posterior del móvil, es decir, subió al doble, pues la edad exigida era antes de 4 años. En tanto, de 8 a 12 años se elevó la edad para que los niños puedan viajar como copilotos. Esta medida hizo recordar la noticia del "chaleco reflectante", el cual ha causado más polémica que resultados reales a la hora de salvar vidas en accidentes.

Negocio redondo

El precio de una silla nueva para niños va desde $50.000 a $300.000 en el comercio general. Sin ser grandes matemáticos, las ganancias para los fabricantes de ese elemento de seguridad serán abundantes. Solo piense que ya se hablaba de un negocio redondo con el chalequito amarillo que solo se tranzaba desde $5000 a $12.000 en su mejor momento.

La vida no tiene precio

La otra visión de este tema tiene que ver con que es preferible invertir en las famosas sillas en relación a los efectos que puede tener un niño en una tragedia carretera. Lo bueno es que el debate exista y que está en sus manos y bolsillo la opción de respetar la medida, aunque el parte puede ser de $67.700 a los $135.000 pesos. Lo confuso es que hay una indicación que los menores que midan más de 1 metro 35 centímetros y pesan 33 kilos no tendrán la obligación de usar el elemento de seguridad cuando viajen en los asientos de atrás. Como dijo Bombo Fica: "rara la hueva".

Juan Sebastián Cofré
Periodista
Licenciado en Comunicación Social
Director www.curicosincensura.com


 
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