El fallo de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Talca viene a ratificar lo ya dictado por el juez de Garantía curicano Patricio Navarro, en cuanto a decir NO a la suspensión condicional del juicio de los ediles curicanos.

Sí son funcionarios públicos.

En parte del fallo se lee de forma textual “Si los participantes tienen además calidad de funcionarios públicos y ejercen una autoridad pública……”. Esto viene a echar por tierra los argumentos de las defensas, las que esgrimían que un concejal no era funcionario público y por ende no puede recibir el trato de éste, en pocas palabras se intentaba demostrar que ante la ley un electo no responde de acuerdo al estatuto administrativo y las penas que las leyes imponen a todo funcionario público toda vez que comete un ilícito. 
Esto por simplista, lógico y mundano que parezca es una resolución que, sin duda, marca un precedente. La Corte de Apelaciones de Talca sostiene en definitiva que un electo concejal si es un funcionario público y que debe en definitiva guardar la compostura de éste, en pocas palabras notificó “La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo”.

Recibir un trato diferenciado.

Otra frase del fallo es que reciban “un trato diferenciado del resto de las personas, logrando una impunidad frente a los ciudadanos comunes”. Acá la Corte talquina repone un concepto no menor que es no permitir que ante hechos que afecten las arcas municipales (o fiscales) se siembre un manto de impunidad ante el ciudadano de a pie a través de una suspensión condicional del proceso. Dicho en palabras coloquiales la corte plantea “Acá no permitiremos que la gente común (el votante) vea que esto pasa colado”.

¡Políticos deben tener una conducta superior a la del común!

“La actividad que se les reprocha corresponde a una conducta generalizada de un órgano público que, por su propia naturaleza y organización, debe tener una conducta superior al considerado normal para el resto”. Así versa una de las frases del fallo. Que a mi entender es, sin duda, la más potente. Aquí la corte notifica a todo Chile que piensa, cree y sentencia que una autoridad pública electa debe medirse, proceder y comportarse en su función diaria y pública más allá de lo que la ley o normas indican.

Coincidencia absoluta con los jueces, los electos,  ya sean Concejales hasta Presidente de la República deben ir más allá del mínimo requerido de la ley. Están ahí por el pueblo y se les paga para trabajar con plata también del mismo soberano pueblo. En consecuencia, el llamado de la Ilustrísima Corte, y que comparto,  es que los electos deben tener un estándar superior al normal, al común, al ciudadano de a pie. Basta de buscar el subterfugio o doblarle la mano a la chilena a la ley, ejemplos hay miles. Por fin un órgano del Estado se pone rojo.


Francisco Javier Sanz Abad
MBA, Ingeniero Civil Industrial



 
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