Siguiendo la tradición republicana impuesta a partir de la Constitución
de 1925, la Presidenta Michelle Bachelet recurrió a su tercera cuenta pública
ante el Congreso pleno en Valparaíso.
De cuenta pública prácticamente le queda poco, tan solo se menciona uno
que otro logro en tal o cual cartera. Lo que realmente hay detrás de este hito
es la convocatoria de todo un país a escuchar a la máxima autoridad, quien hace
uso de esto para marcar la agenda política del resto del año y de su Gobierno.
La obra gruesa.
La Presidenta no desperdició esta oportunidad y su primer mensaje fue
que la “obra gruesa” estaba terminada; refiriéndose a las reformas
educativas y laborales (aunque esta última con traspié). La tributaria la dejó aparte
pues no es estructural solo es un mecanismo para intentar mayor recaudación.
Con ello la Presidenta rindió honores a su Programa de Gobierno, a esas 196
páginas que en 2014 convocaron desde los comunistas hasta los democristianos y
que al parecer es una hoja de ruta inamovible, pues el precio de cambiar una coma
significa la irritación del Partido Comunista, (como dicen ellos las ideas por
sobre las personas).
Crecimiento.
En una jugada políticamente arriesgada, la Presidenta puso el énfasis en
la importancia del crecimiento económico. Dejó establecido que sin recursos
económicos no hay viabilidad alguna de concretar con éxito la instalación
definitiva de las reformas. En pocas palabras “con plata se compran huevos”. Y
digo arriesgada, pues en su primer gabinete la palabra crecimiento económico
estaba simplemente fuera del lenguaje del día a día, casi con desprecio
político se miraban los números macroeconómicos del ex presidente Piñera. En lo
particular celebro que el Gobierno ponga sus objetivos en crecer, pues las
cifras de desempleo van al alza y efectivamente la recaudación fiscal no está
alcanzando para pagar las reformas. A ello se suma que muy probablemente las
calificadoras de riesgos internacionales bajen el rating de Chile. Con ello,
será más caro endeudarse en el exterior y bajará la confianza de los inversores.
De recetas finas para crecer no hubo nada. Más bien la primera autoridad le
habló a su propia coalición, pues a la centroderecha no hay que convencerla de
que es prudente apretar el acelerador de la economía.
Seguridad Ciudadana y Tribunal
Constitucional.
Un hito que remarcó la Presidenta fue la aprobación por parte del
Congreso de la agenda corta anti delincuencia. Orientada principalmente a dotar
de mayores facultades preventivas a Carabineros para evitar delitos, lo que se
conoce como control preventivo de identidad. En este tema una curiosidad
política: Lo que se anuncia como un logro del Gobierno en cuanto a materia de
seguridad ciudadana, el propio partido de la Presidenta, el Partido Socialista,
lo rechaza y recurrirá al desprestigiado Tribunal Constitucional con la
intención clara de revertir el control preventivo de identidad.
Hospital
Con ansias todos por estas tierras de Aguas Negras esperábamos que la
Presidenta nos mencionara como prioridad nacional dentro del paquete de los 23
hospitales a construir. Nuestra espera
fue calmada cuando por fin escuchamos la palabra Curicó acompañada de tímidos
aplausos seguramente impulsados por nuestros parlamentarios. En definitiva,
nadie puede estar ajeno y expectante a este anuncio presidencial y todos cuan
más y cuan menos lo agradecemos. La reflexión es otra. Cuesta entender que a 6 años del terremoto
que nos dejó sin hospital, nuestra alegría pase por un anuncio -promesa en el discurso
del 21 de mayo de 2016.