El pasado Domingo 02 de Julio fue un Domingo extraño en nuestro país. Un Domingo lleno de apuestas. Un Domingo que para muchos será inolvidable. Un Domingo donde –aún con la certeza de perder- miles apostaron a ganador. Un Domingo que llenó de ilusiones a un país hambriento de triunfos. Un Domingo donde las diferencias ideológicas, políticas, religiosas, económicas, sociales y culturales, se desvanecieron gracias al fútbol. Al mismo tiempo, todos los que dejaron sus diferencias de lado gracias al llamado deporte rey, se distanciaron, al momento de ejercer voluntariamente su derecho a sufragar en las llamadas elecciones primarias, estratégicamente acordadas por las cúpulas de poder, que sin mérito alguno y gracias a la somnolencia y falta de compromiso de millones de chilenos, permite que muy pocos –y hace varias décadas- sigan definiendo el futuro de todos, desde un sitial de privilegio que los tiene como grandes personajes de la –desde mi punto de vista- mal llamada elite de la política chilena.

En lo futbolístico, el Domingo 02 de Julio, todo Chile apostó a ganador y está más que claro que queremos volver. Porque si bien es cierto, millones esperábamos que la oncena de jugadores que se enfrentó a una de las potencias mundiales del balompié –no olvidemos que son los actuales campeones del mundo- nos esperanzó con la posibilidad de agregar a la lista de triunfos recientes un nuevo trofeo. Pasados los 90 minutos de juego, el marcador dijo otra cosa. Pero queremos volver, porque entre sumas y restas, ganamos. “Es la primera vez que llegamos a una final de verdad” dijo uno de los rostros televisivos que fueron a cubrir el desempeño de la selección chilena (¿hasta cuándo soportamos el chaqueteo de algunos comentaristas deportivos?, o ¿es que acaso la Copa América lograda en Chile y la Copa América Centenaria, que estos talentosos compatriotas nos trajeron jugando en los pastos del país del norte, son de fantasía?). Al final del encuentro no pudimos traernos la tan anhelada Copa Confederaciones, pero ganamos ¿o no?. Aún están en juego las clasificatorias para el mundial de Rusia 2018, por lo tanto, es muy probable que nuestra selección vuelva a competir representando a Chile, porque está claro que todos queremos volver.


En la esfera política el Domingo 02 de Julio, entraron a la cancha, mejor dicho a la papeleta, 5 jugadores (de dos equipos distintos), terminado el encuentro ¿adivine qué?, todos ganaron. Los que sabían que terminarían últimos en el conteo de votos, ganaron, porque obtuvieron más votos de los que esperaban, los que estaban seguros de ocupar el primer lugar, también ganaron, porque la cantidad de votantes superó con creces sus expectativas. Es para la risa, escuchar después de cada elección, como todos los que resultan últimos, se sienten ganadores, aún a sabiendas que no le ganaron a nadie, corrijo, tal vez le ganaron a su ego y con unos cuantos votos más allá de los esperados, se sienten triunfadores. Está claro, que a lo menos dos de los titulares que jugaron en las primarias, volverán a ser protagonistas de las elecciones presidenciales venideras.

Lamentablemente, el mismo Domingo 02 de Julio, chilenos anónimos que sin ser seleccionados ni en el fútbol ni la política, sin quererlo, se transformaron en titulares. ¿A cambio de qué?, a cambio de haber perdido la vida por el sólo hecho de cumplir con sus obligaciones laborales cotidianas, como usted y como yo.

Solidarizo con todos y cada uno de los familiares y amigos de las víctimas, que perdieron su vida a manos de un chileno cualquiera, con una mente enajenada, pero que ante la mirada impávida del principal actor del siempre cuestionable mundo de los juegos de azar en nuestro país, lo catalogaba como cliente preferente o premium, así le llaman en esta industria a quienes a cambio de grandes desembolsos de dinero, pasan abruptamente de una categoría silver, a una diamond, con todos los privilegios que ello implica: salones vip, estadía en hoteles de lujo, entre otros beneficios. Ahora ¿cómo le explicamos a todo un país que el slogan del casino más grande de Sudamérica cobijado bajo el nombre de Sun Monticello que en su publicidad dice VAS A QUERER VOLVER, se transformó para muchos, en un imposible, particularmente para aquellos que sin estar preparados y sin haber apostado, nunca podrán volver.



Para finalizar, es casi un chiste de muy mal gusto, que el Gerente General del Casino Monticello, don Manuel Rojas, confirmara a través de algunos medios de comunicación que “el recital de Carlos Vives se realizará como una forma de homenajear a las víctimas de los hechos acaecidos el Domingo 02 de Julio”. Estoy seguro que ni el señor Vives, con su espectáculo, podrá dar un poco de consuelo a las familias que lamentablemente se vieron involucradas con la participación de un cliente premium que a la postre, se transformó en el señor Muertes.







Cristian Troncoso Pavez
 
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