El Gobierno ha comunicado la
decisión de impulsar un nuevo programa de apoyo denominado “Alimentos para
Chile”, consistente en distribuir 2,5 millones de cajas de alimentos de primera
necesidad por un monto aproximado de $32.000.
Estas cajas son financiadas con
recursos de los gobiernos regionales y en el caso del Maule la medida permitirá
financiar 150.000 cajas de alimentos, con una inversión de recursos regionales
del orden de los 4.750 millones de pesos, cifra cercana a la requerida para
terminar el Estadio La Granja.
De esta manera el Presidente
pretende hacerse cargo de los crecientes niveles de hambre que ya se aprecia en
la población más vulnerable del país. Por ello, no nos ha sorprendido que
comiencen a surgir, espontáneamente, experiencias solidarias que nos remontan a
la crisis económica de los años 80, como son las ollas comunes, en donde los
pobladores se organizan para recolectar alimentos y preparar almuerzos
comunitarios.
Parto de la base que frente al
hambre toda ayuda es valiosa y valorable, pero resulta evidente que este nuevo
programa es claramente insuficiente y no garantiza a las familias sus
necesidades alimentarias básicas de modo que puedan guardar su cuarentena o
aislamiento por todo el tiempo recomendable para el cuidado de su salud. La
medida para ser realmente efectiva debe replicarse cada quince días mientras
dure la crisis sanitaria.
Por otra parte, la entrega de
estas cajas supone una logística compleja, tanto para comprar, como para
embalar y, finalmente, para distribuir. Por lo tanto, no existe certeza de los
plazos requeridos para llegar a la meta comprometida. Tampoco resulta
transparente la manera en que se resolverá a qué familia en concreto llegará la
ayuda.
En razón de lo anterior, me
permito insistir en una renta básica nacional, de manera que cada jefe de hogar
cuente con ingresos para alimentar a su familia, generando un círculo virtuoso
que favorezca la economía local, en beneficio de los pequeños almacenes de
barrio, del comercio, en general y muy especialmente de las ferias libres,
particularmente de aquellas que funcionan en los barrios.
Soy contrario a que el Estado
deje a las familias a la deriva y, por cierto, no me gustaría cargarles la mano
exclusivamente a los trabajadores a la hora de hacer frente a la crisis. Ya se
están gastando los fondos de cesantía, ya se están postergando cuotas de
créditos que tarde o temprano habrá que pagar, ya se están postergando las
cuentas de luz y agua, y así, suma y sigue.
No obstante, si el Estado no quiere recurrir a los fondos soberanos o si
el gobierno considera irresponsable endeudarse para seguir ayudando a la
población, también es la hora de reactivar el proyecto que permite retirar a
todos los cotizantes de AFPs un porcentaje de sus ahorros previsionales.
Esta iniciativa fue presentada
por un grupo de senadores, entre ellos, Ximena Rincón, senadora de nuestra
Región y está paralizado en espera del patrocinio del Presidente de la
República, porque la mesa del senado estimó que incide en materias de
iniciativa exclusiva presidencial.
Nuestros hermanos peruanos ya
aprobaron una medida en este sentido y todos los cotizantes podrán retirar hasta
el 25% de sus ahorros. El proyecto chileno limita el retiro al 10% d elos
fondos ahorrados.
Hay voces en contra que dicen que
esto pone en riesgo las futuras pensiones y que retirar el dinero ahorrado es
pan para hoy y hambre para mañana. A esas voces críticas les digo el hambre ya
está presente en muchos hogares chilenos que necesitan comer hoy.
Además, esas voces críticas nada
dicen cuando las AFPs pierden millones de dólares de los cotizantes, nada dicen
cuando esas AFPs cobran comisiones aún cuando pierden dinero de los cotizantes,
nada dicen cuando al final del camino esas AFPs pagan jubilaciones miserables
que no garantizan una vejez digna a pesar de los años de ahorro.
Algo me dice que las AFPs tienen
mucho más poder que el establecido en la ley y que hay fuerzas misteriosas que
siempre terminan protegiendo sus intereses, por lo tanto llegó la hora de la
verdad y los chilenos y chilenas queremos saber a quién pertenecen realmente
los fondos de pensiones.
Gerardo Muñoz Riquelme
Abogado y Magister en Gerencia
Pública
Curicó, Mayo de 2020.