Está ejerciendo su segundo periodo como edil de la comuna y se siente con las mismas energías que cuando asumió como integrante del Concejo Municipal curicano.
Francisco Sanz es un consolidado
empresario joven en la provincia y tiene una preparación en educación superior.
Es ingeniero civil industrial, con un magister en España.
Podría perfectamente seguir ligado
al mundo privado, pero le seduce ser una carta de Renovación Nacional para que
la actual oposición recupere la Municipalidad.
A continuación, un cuestionario con
lo que piensa uno de los hombres fuertes de la derecha, no solo en la comuna,
sino que de la Región del Maule.
Su nombre suena bastante, ¿Está disponible como precandidato a alcalde?
Tras varios años como concejal, ¿qué lo mantiene en el servicio público?
“Tanto en el mundo privado como público, siempre he orientado mi despeño profesional en la gestión y en el logro de objetivos. En el mundo privado, es más rápido y menos engorroso. En cambio, en lo público, a veces la tarea es titánica, hay que convencer, aunar criterios, establecer confianzas y escuchar a las partes, con el objetivo de ayudar a resolver los problemas de las personas y proyectar el desarrollo de una comuna. Es un constante desafío, pero a la vez muy gratificante poder aportar a las soluciones de la comunidad y una ciudad. Todos los días es un escenario y una motivación distinta. Y como ya mencioné, los desafíos son para aceptarlos y vivirlos”.
Rechazo a la corrupción
Tomando
en cuenta casos como convenios y fundaciones, ¿falta más preparación y ética en
el mundo político?
“Acá faltó clase de ética y preparación para no robar o no corromper el sistema. Me rebelo antes eso, la ética, los valores y la moral se nos enseña de niños, a no mentir, no robar y ser honestos desde que tenemos dos o tres años. Cuando uno llega a un trabajo privado, el empleador o empresa no manda a sus trabajadores a cursos de ética, se asume una confianza inmediata, de que unos y otros cumplirán su parte del contrato, de forma honesta. Entonces, tratar de manera especial a autoridades designadas, que por esencia son de confianza y, por tanto, debiesen ser súper probos. Me parece algo francamente ridículo y una burla al país. La autoridad designada y de confianza, que llegó al poder a robar o mal gastar, simplemente no tiene ética ni moral. Ni 100 horas de clases cambiarían esa condición. Necesitamos leyes duras, quien roba en el mundo público debe pagar con inhabilidades de por vida y cárcel y, a su vez quien defrauda al mercado, como por ejemplo con colusiones, igual dureza. Dejemos las clases de ética para la época escolar formativa o universitaria”.
Como
hace mucho tiempo no había un candidato fuerte para la alcaldía ¿es hora de que
la oposición recupere el municipio curicano?
“En una elección de alcalde, que es de personas y supera las convicciones políticas del electorado, no existe eso de que es hora de que le toqué a la izquierda o la derecha. Por ello, debemos ganar por el poder de las ideas, gestión, logros y capacidades. Debemos ser capaces de transmitir una proyección de Curicó tanto en términos de proyectos de cuidad y desde lo humano. Sin embargo, no es menos cierto, que con la salida del actual alcalde (por ley no puede volver a repostular), se terminará un ciclo y un proyecto político. Y por ello, la ciudadanía de manera natural estará motivada a revisar nuevos y originales propuestas y proyectos”.
¿Por qué la gente debería votar por usted para alcalde?
“Este desafío nace a raíz de muchas conversaciones con diversos líderes, actores y dirigentes sociales. En conjunto hemos analizado el futuro de Curicó, en todos ellos he notado un consenso, se necesita profesionalismo, alta capacidad de gestión, dedicación y orientación al logro. Sin perder el contacto con el terreno y el necesario acompañamiento humano, sentir que el trabajo por Curicó es por su gente”.