Las atribulaciones que dejó el 27F fueron enormes y el recinto asistencial no fue ajeno a ello, los daños estructurales eran cuantiosos. Ante la burocracia y la lentitud del aparato público para dar respuesta a la gran necesidad sanitaria, surge un grupo llamado “Amigos de Curicó” liderado por el abogado y constructor Roberto Fuenzalida Villagrán.
“Estamos hablando de una organización con profunda conciencia social y solidaridad, formado por empresarios y profesionales curicanos quienes aportaron recursos y conocimientos para construir un módulo de hospitalización de emergencia para 100 camas”, indicó la presidenta en Curicó del Colegio Médico del Maule, doctora Myrtha Arroyo.
Dignidad
Fueron
24 personas que antes de cuatro meses de pasado el terremoto, le devolvieron la
dignidad a los pacientes de dicho centro asistencial y al personal de salud.
Esto si se considera que la primera ayuda estatal consistió en carpas de
campaña del ejército, de calidad muy precaria, y un año nueve meses después, el
estado entregó el primer modular de emergencia.
Pero la autoridad de la época, finalmente no apoyó económicamente el módulo de hospitalización, debiendo Roberto Fuenzalida asumir íntegramente el costo de toda la construcción, llegando ésta a un buen término y prestando servicio primero para 100 camas, luego como box de atención clínica y actualmente como oficinas administrativas.
Homenaje
Por
ese gran gesto, es que hoy en el auditorio del nuevo Hospital de Curicó, hay
una placa que lleva su nombre y este reconocimiento forma parte por la entrega
del modular de emergencia y en memoria también a su padre Mario Fuenzalida.
La
ceremonia se realizó la semana pasada con las autoridades presentes. “Señor Roberto
Fuenzalida y el grupo ´Amigos de Curicó´, la comunidad hospitalaria y el
Colegio Médico Capitulo Curicó les agradece por habernos devuelto la esperanza
y dignidad con su obra”, finalizó la doctora Arroyo.