Decenas de habitantes del Parque Zapallar de Curicó salieron a la calle para pedir ayuda a las autoridades competentes y a la constructora Galilea, a la cual culpan por levantar sus viviendas a solo metros del estero Guaiquillo, el cual colapsó con las precipitaciones registradas hace un par de meses.
Los vecinos se tomaron el puente Colorado, donde se manifestaron con
gritos, pancartas y banderas negras. Llegaron al lugar a las 18:00 horas de
ayer martes y recibieron el apoyo de los automovilistas que se desplazaban por
el camino a la localidad de Zapallar.
Una de las afectadas es María José Reyes, propietaria y quien se quejó de
la nula ayuda que han tenido del Gobierno a pesar de que, a su juicio, se han
vulnerado sus derechos.
“Muchos de nosotros no hemos recibido ayuda en lo que se prometió del
bolsillo electrónico, FIBE, etc. Aquellos que fuimos evaluados con mayor
porcentaje de pérdida en nuestros hogares no hemos tocado beneficio alguno”,
lamentó.
Aclaró que no han recibido dinero “ni del
seguro por el crédito hipotecario. El Serviu, por su parte, no tiene idea de
cómo ayudarnos en la reparación de nuestras casas”.
Abandono
María Teresa Reyes puntualizó que el peligro sigue latente, pues la Dirección de Obras Hidraúlicas “no ha sabido cómo manejar el problema del estero Guaiquillo, no se ha hecho cargo. Tuvimos suerte porque nadie murió, pero nos puede volver a ocurrir”.
Agregó que la falta de ayuda la tiene muy molesta, al igual de los cerca de
200 afectados que se sumaron a acciones legales presentadas en Santiago contra
todos quienes resulten responsables de los daños ocurridos en sus
inmuebles. “Eso es a largo plazo,
necesitamos respuestas de las autoridades ahora”, precisó.
Por último, sostuvo que la paciencia y los recursos de agotan, pues muchas
personas tuvieron que dejar sus casas. “No hay bolsillo que aguante arrendando
y pagando dividendo”, indicó.
No hay que olvidar que decenas de inmuebles quedaron con gran acumulación
de barro y que sufrieron destrozos por los árboles y otros elementos que
entraron a sus casas por la fuerza del agua.
Foto diario La Prensa